Se trata de un sentimiento que expresa remordimiento y, muchas veces, coarta la libertad de acción.
La culpa es mala consejera: hace que sientas remordimiento consciente e intentes compensar alguna acción por la que te arrepientes.
Si hay algo que hayas hecho, dicho u omitido que no te hace sentir cómodo, estás a tiempo de revisarlo. Pero no por eso te juzgues (menos que menos si lo hiciste con convicción y ahora temes las consecuencias).
El objetivo no es martirizarte por lo que pasó, sino aprender de eso y actuar en consecuencia. Sea como sea, la autocompasión será clave para llegar a una visión más realista del episodio y extirpar la culpa.

Cinco tips para gestionar la culpa:
- Identifica qué situación puntual te hace sentir culpa.
- No tomes medidas de protección, como buscar excusas o compensar lo que pasó.
- Deja de enfocarte solo en ti, trata de ver el episodio desde diferentes ángulos y perspectivas.
- Sé especifico (contigo y con los demás).
- Ejercita la autocompasión y perdónate.
Con información de Celia Betrian